Xavier Elias

Nacido en el 92 en Barcelona, de fisonomía poco olímpica. Aborrecí siempre la educación por imposición, hasta que descubrí, durante la voluntariedad de la educación universitaria, que esta era igual de aborrecible. Laboralmente navego entre las aguas del sector secundario siderúrgico y las del sector terciario, en la regiduría de un festival de lied. Descarto vivir de la poesía.
En cuanto a mi yo menos normativo, por llamarlo de alguna manera, no existen una gran espectacularidad ni unos grandes objetivos; siento una cierta y frívola atracción por la mundanidad, pero no en exceso. Lo suficiente para que, al amanecer, todo vuelva a su ascética realidad.
Para mí, escribir versos no deja de ser compendiar situaciones del hombre contra los envites de la soledad, no necesariamente desde el pesimismo; si no los escribiese con cierta esperanza, seguramente ya no estaría redactando estas líneas. Una visión particular más de entender el mundo, un esquema simple: miedo a la propia desaparición, vanidad y posteridad, pues no entiendo que la actividad del ser humano, a la postre, sea otra que la de testimoniar constantemente el triunfo del recuerdo frente al olvido.