Un amor de estaciones

Puede haber muchos amores en una vida, y muchas vidas en un amor.
Todas las estaciones en un único día, todos los días en una sola estación.
El amor a un hijo y a una hija, a tus padres, familiares, a un amigo, a tu pareja actual, a tu amor pasado, al efímero, al platónico, al imposible... y también el desamor, pues no existe el uno sin el otro. El amor a ti mismo, que también conoce de crisis.
Las luces y las sombras de ese sentimiento mágico en el que nos reconocemos los unos a los otros, de igual a igual.
Eso es “Un amor de estaciones”, fragmentos de mi corazón que se han quedado adheridos a las personas que he amado, a cada una con un matiz distinto.
Reconozco en mí partes de los otros, y en los otros un poso de mí.
Estamos hechos de historias: las que nos contaron y las que contaremos.
Historias que pasan de puntillas o como un elefante en una cacharrería, desde el verano que todo lo quema, hasta despuntar la primavera, tras deshojarnos destemplados en los huesos del mismo invierno.